martes, 30 de abril de 2013

23 DE ABRIL, DÍA DEL LIBRO



El 23 de abril, Día del Libro, se conmemora en recuerdo a la muerte de Cervantes. Los escritores y escritoras de Marbella celebramos un acto en el Cortijo Miraflores. Os dejo este fragmento de mi conferencia "Hidalgos y Mujeres de La Mancha...".
En 1616 aquejado de hidropesía, de una afección cardiaca y de arterioesclerosis, los médicos le ordenaron que pasase una temporada en el pueblo de Esquivias, lo que hizo en la semana de Pascua de 1616, de donde no logrando el alivio que anhelaba, regresó a Madrid. Allí terminó su última obra, “Los trabajos de Persiles y Segismunda”, para lo cual escribió la famosa dedicatoria al conde de Lemos, que comienza con los versos:
Puesto ya el pie en el estribo,
con las ansias de la muerte,
gran señor, ésta te escribo.

Participando a su egregio protector de haber recibido la extremaunción, y anunciándole su muerte: “Ayer me dieron la Extremaunción y hoy escribo ésta. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseeo que tengo de vivir". Despídese de los suyos con las memorables palabras: “Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos; que yo me voy muriendo y deseando veros presto contento en la otra vida”. Pocos días antes, el 2 de abril de 1616, profesó solemnemente en la Orden Tercera de San Francisco, en la que había entrado ya como hermano.
Agravándose su enfermedad, expiró el 23 de abril de 1616, acompañado de su esposa, y de doña Constanza de Figueroa (su sobrina), doña Isabel de Saavedra (su hija) y del clérigo D. Francisco Martínez Marcilla. Lope de Vega, enterado, fue a rezar un responso ante su cadáver. Mandó que lo enterraran en las Monjas Trinitarias. No hubo más acompañamiento que el de los hermanos terciarios y dos humildes literatos. Por esa misma fecha moría Shakespeare en Inglaterra.
Al día siguiente, que era domingo y 24, los frailes trinitarios oficiaron en el altar y dieron sepultura al cuerpo. La tierra cubrió su cuerpo y taparon la sepultura con ladrillos rojos. No se colocó en ella lápida ni inscripción alguna, y así la posteridad ignora aún dónde descansan los restos del autor del Quijote. La pesada mano del tiempo, dice Cortejón, ha borrado lastimosamente las huellas de su sepultura.
El 23 de abril leí un fragmento del relato corto que escribí como homenaje a Cervantes y que fue galardonado con el primer premio de releato corto "Ochavada" de Archidona. Está publicado en mi libro "Una mujer, una historia" (Ed. Alfar). Os dejo unas líneas:
Cuenta la voz de la vida que Nadine viajó y viajó por los caminos de hierro. Visitó aldeas, pueblos y ciudades. Acunó llantos y sonrisas. Cultivo verdades y regaló esperanzas y, por primera vez, en mucho tiempo, se sintió libre como la caricia del viento sobre su cabello desmelenado".

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