LES
SEINS PÉNIBLES: LOS SENOS DOLOROSOS, DE NAJIB BENDAOUD
ARTÍCULO
DE CRÍTICA LITERARIA, POR ANA HERRERA
Les
seins pénibles (Los
senos dolorosos) es un poemario en verso libre, alineados y que comienzan
en mayúscula, como dice el mismo autor, para que cada uno guarde su propia
identidad. La total ausencia de signos de puntuación es otra de sus
características más notables.
Decía Miguel Hernández,
cuando se reunía con sus amigos de la Generación del 27: “Dejemos la biblioteca,
el museo, el aula. Hablemos de las cosas del mundo. Hablemos sobre el viento y
la cosecha. Hablemos del trabajo, del amor, sobre todo”. Muchos han sido los
poetas que a lo largo de la historia han hecho del amor el tema principal de su
inspiración. La poética del amor y del desamor es la poética de Najib
Bendaoud. Les seins pénibles es un canto a todas las formas posibles de
relación amorosa entre un hombre y una mujer que conllevan al yo poético desde
la exaltación de la felicidad más radiante (Carpe diem) hasta la desesperación
vital más profunda (angustia existencialista del ser humano).
Se abre el poemario con
el poema Métamorphose (Metamorfosis), descripción
de la figura femenina transformada en elementos de diversa índole: ciudad,
abrigo, llama, habitante de un sueño solitario. Como preludio al tema amoroso,
el segundo poema, Aubade (Alborada), es un ruego al universo a través de sus
múltiples formas, tierra, luna, sol, mujer, mar…, que someten al poeta a su
magnificencia.
Desde un banco
blanco, el yo poético observa y siente
la vida que pasa ante él, cargada de mujeres que vienen y van, de transeúntes
incesantes, de bellas y tristes emociones. Aprovecha en su deambular amoroso para
denunciar las injusticias sociales y todo lo absurdo, negro, oscuro, triste de
la vida. Solo su “reina” le hará recuperar la alegría vital suspendida,
liberándolo de su soledad. Nacen así a lo largo del poemario una serie de
símbolos que se van a convertir en elementos recurrentes de la voz del poeta:
reine (reina), gitane (gitana), sirène (sirena) –simbología femenina-, y otros
como le chien (el perro), le chat (el gato), son cigarette (su cigarrillo), son
clavier (su teclado), ses anges (sus ángeles), un bref instant (un breve
instante), les montagnes (las montañas), le chemin (el camino), ses rêves (sus
sueños)…, a través de los cuales Najib Bendaoud nos ofrece una completa visión
de los estados de ánimos más frecuentes en la relación representada.
La gitana se convierte
en musa de su tiempo, “Belle femme aux cheveux de gitane” (“Bella mujer de
cabellos de gitana”). Es la mujer una gota de agua de su vaso, un instante de
su edad, un anhelo de fusión constante
con su ser. Es en este clímax poético cuando surgen las más bellas expresiones
léxicas:“Je veux… / Comme un enfant / Jouer sur tes vagues interdites” ( “Yo
quiero… / Como un niño / Jugar en tus olas prohibidas”); “Mes anges te prennent
la main” (“Mis ángeles te cogen la mano”).
En Un ciel souriant (Un cielo sonriente) el alma, la vida, la luna, el
silencio, el canto del viento, un amigo tocando tu corazón (“Un ami touchant
ton coeur”), la tierra, una sonrisa, un ángel, los pájaros, los cielos, un
recuerdo, la quietud, las plantas, una mirada profunda, las aguas felices, los
colores de las flores, conducen al poeta
a sus raíces. La fuente se convierte en el símbolo que riega el sentido de su
vida. Se celebra así su esplendor al ritmo de la naturaleza.
El texto se llena de
sensualidad, de erotismo elegante, de sorprendentes metáforas cuando él quiere
enterrar su angustia envolviéndose en ella, en sus sábanas, apagar su fuego en
su boca, mezclando las alegrías de uno con las aguas del otro, para renacer en
fin en ella. Y continúa la exaltación del amor en una pequeña barca azul en el
mar. “La mer reflétait tes yeux / la blancheur des maisons” (”El mar reflejaba
tus ojos / La blancura de las casas”). Rodeados los amantes de gaviotas, de peces, de los colores del
mar. Un elogio de los pequeños momentos en la conjunción amor / naturaleza, la
alegría de vivir, el gozo del tiempo presente. El poeta grita en alta voz la
esencia del cuerpo femenino y la pasión, “Savourer mon rève de toi” (“Saborear
mi sueño de ti”), Je veux cacher… / Ma tristesse entre tes seíns” (“Yo quiero
esconder… / Mi tristeza entre tus senos”). Y se llega al éxtasis final, a la
vibración eléctrica, “Touchant l`absolu / Les étoiles” (“Tocando lo absoluto” /
Las estrellas”). “Après un long voyage /
Nous arrivâmes au pays du soleil” (“Después de un largo viaje / Nosotros
llegaremos al país del sol”). Y este canto se hace sublime cuando el yo poético
resucita inspirado en el cuerpo de la amada: “J`écrirai mon poème en or / Sur
les rivages de ton corps” (“Yo escribiré mi poema en oro / Sobre las orillas de
tu cuerpo”). En fin, se muestra como
sombra de la mujer amada, que es su seña de identidad, su esperanza, su tesoro,
su sueño…
Más allá del amor, la
angustia del desamor se introduce con el poema Retour evanescent (Regreso que se desvanece). Ella le ofrece su
mirada, sus palabras, su alegría, su sonrisa, sus tardes juntos, su voz, sus
labios, envueltos en un continuo fluir que es el fluir de la vida sonriendo,
gritando, bailando, “J`aime t`aimer en silence” (“Me gusta amarte en silencio”).Un
universo que se vuelca en tristeza y desesperanza, que se difumina, se esconde,
se escapa, cuando ella le falta.
El poeta llora la
ausencia de la amada y recurre a los elementos de la naturaleza, la noche, la
luna, el sol, para expresar su llanto a través de bellas metáforas como “L`eau
glâce de mon âme” (“El agua helada de mi alma”). En la metáfora del cuervo, el
poeta se balancea entre la oscuridad y la luz, entre la tristeza y la alegría.
A veces recurre a la compañía del gato para aliviar sus pasajes tristes. Huye de la vida en todas sus dimensiones
(arte, suerte, fe). Y evoca la nostalgia amorosa para acabar resignándose: “Et
j`attendrai jusqu`à l`aube / ce temps de nos rencontres” (“Y esperaré hasta el
alba / Este tiempo de nuestros reencuentros”); “Resignation se nomme / Notre
histoire” (“Resignación se llama / Nuestra historia”). Se confiesa unido a ella
en la palabra. “Il aimait les mots” / Elle aimait les mots” (“Él amaba las
palabras / Ella amaba las palabras”). La voz poética se balancea en el espacio
del sueño femenino, sin muros, sin calles estrechas, añorando un tiempo atrás
junto a ella. “Je pensé á toi… / Et je continue à marcher / Sur le sable/ D`un
rêve insaisissable” (“Yo pienso en ti… / Y contunúo caminando / sobre la arena
/ De un sueño insaciable”). La huella que
ha dejado en él es vigorosa: “Vigoureuse ton histoire” (“Vigorosa tu
historia). Siente el frío agrio del
desamor, su cenicero no acepta sus lágrimas, siente miedo del abismo, pero le dedica a la mujer amada bellas
metáforas, “Tulipe bleue” (“tulipán azul”); “Princesse de tous mes instants”
(“Princesa de todos mis momentos”). También se deja mecer en la musicalidad de las notas
de Baudelaire, el poeta de la vida bohemia y de los excesos, que impregna en su
obra la visión del mal.
Aún le queda tiempo en
su poema Voyage des roses (Viaje de
rosas) de cantar a la liberación del ser humano, y en el poema que cierra
el libro, Souffle d`un temps (Soplo de un
tiempo), declara su fin último: su meta está en ella, “Et j`adorerai tous
tes temps” (“Y yo adoraré todos tus tiempos”).
No hay comentarios:
Publicar un comentario