HIPATIA. LA ROSA DE ALEJANDRÍA (FRAGMENTOS)
Un año memorable para Teón, aquel 350 d.C. cuando un día, alguien, ya no recordaba quién, le hizo el alegre anuncio, ha sido niña. Su rostro conoció primero la sorpresa, después la aceptación. Su voz portentosa sonó con la firmeza de los grandes espíritus que no se rinden a los pasos adversos del destino. La educaré como a un varón, será un individuo perfecto, la llamaré Hipatia, la más grande......
Hipatia, sabia como Palas Atenea y bella como Afrodita, decían de ella todos los que la conocían. Se cubría con el manto de los filósofos, y aun así, estaba tan hermosa…
La abracé con todas mis fuerzas, temblando como un niño al sentir el roce de su piel sobre la mía...
Yo aún sigo aquí, abatido tras el paso de los años, inundada mi mente de recuerdos felices, aquellos días de gloria de Hipatia, y de recuerdos amargos, el del fatídico día de su final. Todos danzan a mi alrededor como marionetas temblonas entre sus cuerdas, pero el más poderoso de todos, el más humillante, innoble y trágico de todos…
Era un bonito día del año 415 d. C. y murió la rosa.
Era un bonito día del año 415 d. C. y murió la rosa.
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